11 de julio de 2016

Un abrazo a la integración

EDITORIAL

“Divide y reinarás” ha sido la consigna desde siempre para lograr imponer los intereses personales o de grupo sobre las aspiraciones y los derechos de otras agrupaciones. A esa táctica se contraponen los esfuerzos por impedir la desunión, por fortalecer la organización y aglutinar todos los posibles aliados.

Pues bien, el Suroeste está enfrentado al destino que le ha asignado, sin consulta, el sistema político y económico que gobierna el país: sustitución de la agricultura tradicional y la industria por la importación de alimentos y manufacturas de los países industrializados y de China, Corea y otros, aplacar el descontento social debido a la pobreza extrema con subsidios y represión, privatizar las empresas públicas y comunitarias, entregar el patrimonio natural (madera del Chocó, títulos y concesiones mineras y petroleras en todo el país, baldíos en la Orinoquia y la Amazonia) a las multinacionales a cambio de unas regalías que no compensan los daños ambientales pero sí contribuyen al enriquecimiento de los políticos corruptos y la clase dirigente.

Cada uno de los municipios y comunidades de nuestra región está sufriendo estas realidades en medidas diferentes: los campos son ocupados de manera creciente por parcelaciones y extensas plantaciones maderables, las titulaciones mineras concedidas y solicitadas sobrepasan mucho más de la mitad de los territorios, los acueductos comunitarios son presionados para que cedan ante los proyectos de empresas públicas o privadas de servicios públicos, no se informan ni se consultan con transparencia los impactos ambientales y sociales de los proyectos hidroeléctricos, viales y de ordenamiento territorial departamental, los campesinos abandonan sus fincas por la precaria rentabilidad de su trabajo, algunos de los líderes se prestan al engaño que beneficia a las multinacionales y a las componendas politiqueras corruptas.

Esa es una enumeración ligera de las problemáticas que tenemos ante nosotros, veamos algunas propuestas que apuntan a la evolución del proceso de integración regional como alternativa de fortaleza social, política e institucional: 11 alcaldes de la región deciden emprender el camino de constitución de una Provincia Administrativa y de Planificación y Gestión; los alcaldes y comunidades de Andes, Hispania, Pueblorrico y Tarso acuerdan extender el servicio de un acueducto multiveredal a 1600 familias de esos municipios; el Cinturón Occidental Ambiental, COA, convoca la segunda travesía “Abrazo a la Montaña” del 8 al 14 de agosto e iniciando el recorrido en Jardín para luego continuar en Andes, Hispania, Ciudad Bolívar (corregimiento Farallones), Venecia (Bolombolo), Salgar (Peñalisa), Tarso, Pueblorrico, Jericó, Támesis, Valparaíso y, finalmente, Caramanta; se adelantan debates para que los Esquemas de Ordenamiento Territorial contengan visiones comunes entre los municipios vecinos; grupos ciudadanos discuten la preparación de un foro del Suroeste para entender e incidir en el futuro regional; nacen medios de comunicación y debate, etc.

Todas estas acciones hacia la integración deben recoger y expresar las discusiones, los debates y los intereses diversos de los habitantes de la región, no hay aquí ni en ningún lugar o situación una verdad definitiva, lo que hay siempre son procesos hacia los consensos y el desarrollo del bien común.


Por último, un factor de gran importancia para el futuro inmediato de toda Colombia es el cese del enfrentamiento armado entre el Estado y las Farc, con el cual se abre un escenario menos violento y más civilizado para empezar a recomponer un país que le debe paz y bienestar a sus ciudadanos.

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