14 de febrero de 2016

Trítptico de la infamia



El largo recorrido de la humanidad, iniciado quizás hace unos dos millones y medio de años, ha tenido épocas gestoras de cambios profundos y decisivos que podemos asimilarlos al primer parto de una mujer, pues a partir del doloroso nacimiento de la nueva vida, en adelante para ella nada será igual a lo vivido.

Pablo Montoya, literato antioqueño, nos arroja de lleno a una de las convulsiones históricas más trascendentales: el descubrimiento e invasión de América, y no lo hace situando la narración desde los indígenas: quien se expresa es una conciencia nueva que subvierte el orden social riguroso impuesto desde siglos atrás en Europa por la Iglesia Católica: la conciencia despertada por la reforma protestante emprendida por Martín Lutero.

Son los protestantes franceses, llamados hugonotes, quienes, por intermedio de tres pintores, observan cómo España y Portugal destruyen un mundo poblado por seres felices, sanos y amables, a los cuales aniquilan sin ninguna piedad para apoderarse de sus riquezas, o los esclavizan hasta la muerte. A su vez, los hugonotes son perseguidos en medio de las guerras entre católicos y protestantes.

La suerte corrida por los nativos del nuevo continente horroriza a los tres pintores y el círculo social cercano a ellos que incluso intenta fundar en La Florida un asentamiento en donde rijan normas diferentes al exterminio, del cual dan testimonio en grabados y pinturas que aún se conservan en colecciones de arte.

El lenguaje utilizado por el novelista es intenso, sonoro, cautivante, como corresponde con los hechos históricos descritos y con los sentimientos profundos de los personajes. Se suma, como mérito reconocido por el premio Rómulo Gallegos, obtenido por escritores que hacen parte de la literatura universal, una ambientación, una descripción de la época y de la vida de los personajes, que no admite duda.

Estudiar, como lo hizo el autor, los hechos que rompieron la continuidad del mundo indígena y el mundo europeo, es oportuno para el momento que vive nuestro país: reconocer el origen de décadas de brutalidad para poder brindar al nacimiento de la esperanza la posibilidad de elevarse y llevarnos a una sociedad en paz.

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