En el marco del evento Autonomía Territorial para la Gobernanza Ambiental, por una apuesta democrática y con enfoque de género, se realizó un panel para reflexionar sobre el tema a partir de las mujeres con la participación de Beatriz Quintero de la Red Nacional de Mujeres, Adriana Martínez de Cordaid-Holanda, Margarita Quiroz de la Asociación Regional de Mujeres del Oriente –AMOR- y Luz Mery Hernández de Conciudadanía. El siguiente fue el contenido de las intervenciones y las conclusiones.
1. Extractivismo y mujeres
En primer lugar las mujeres hicieron una caracterización de la expansión del extractivismo en América Latina y de la forma peculiar como afecta a las mujeres.
Esa nueva forma de colonización que es el extractivismo, se ha extendido por toda América Latina y consiste en la extracción masiva e intensa de los recursos naturales, sobre todo minerales metálicos, carbón, gas y petróleo; lo extraído se dirige íntegramente al mercado externo –como en las colonias -; se realiza esencialmente por parte de empresas transnacionales; para hacerlo establecen sus propios marcos legales (que pueden estar en contra de la constitución de cada país) y financieros como verdaderos estados dentro del estado; enfrentan intereses puramente económicos representados por los estados y los inversionistas contra intereses sociales y ambientales de la sociedad civil; tienen una mirada orientada estrictamente hacia el negocio, es decir, hacia el corto plazo; no tienen en cuenta, por lo tanto, los costos sociales y ambientales porque tienden a maximizar sus utilidades; y ven los territorios exclusivamente como propiedades privadas.
Por desgracia, en América Latina se estableció el 27% de estas inversiones en el año 2014. Y, claro está, el mapa de América Latina se llenó de una nueva modalidad de conflictos socio-ambientales, de los cuales no se escapa ningún país. Y los estados, ante las caídas de precios de las materias primas en el mercado internacional, echan por la borda las exigencias ambientales y sociales a los inversionistas para que puedan compensar los bajos precios con mayor cantidad explotada. Así se agravan los conflictos.
Por su parte, las mujeres se ven especialmente afectadas por el extractivismo y, en particular, por la minería: porque es una actividad en la cual son los hombres los que más participan directamente y toman las decisiones financieras del hogar; por ello aumenta la dependencia económica de las mujeres respecto de los hombres; aumentan las horas de trabajo del hogar y la carga de trabajo doméstica para las mujeres; aumenta la deserción escolar de las niñas; aumenta el consumo de alcohol, principalmente de los hombres; aumentan la violencia sexual y física y las enfermedades de transmisión sexual; aumentan las infecciones de transmisión sexual; aumenta la prostitución; los trabajos son de baja categoría y con salarios bajos; y los empleadores violan los derechos a la licencia de maternidad.
2. La resolución 1325 del 31 de Octubre de 2000
Esta es una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que reconoce el efecto desproporcionado que tienen los conflictos armados sobre las mujeres y las niñas y resalta la importancia de la participación de las mujeres en los procesos de paz.
Esa resolución, la primera sobre el tema del Consejo de Seguridad de la ONU, fue aprobada por unanimidad de todos los Estados y genera tres compromisos principales: las mujeres deben estar bien representadas en la toma de decisiones políticas relativas en los escenarios de paz y mesas de negociación; los estados deben prevenir la violencia que se ejerce contra las mujeres eliminando los contextos de guerra y desarrollando programas activos de protección de los derechos humanos de las mujeres para construir mejores sociedades.
Pero la Resolución no se cumple: las mujeres solo representan el 9% de negociadoras participantes en conversaciones de paz. De 21 acuerdos de paz firmados solo en el 2,5% de los casos son firmantes, 3,2% son mediadoras, 5,5% observadoras. Y las cifras de víctimas en Colombia son demasiado elocuentes sobre la ausencia de prevención de la violencia y la falta de voluntad para proteger a las mujeres de la violencia.
El empeño de las organizaciones de mujeres, entre ellas la Red Nacional de Mujeres, ha sido trabajar por la implementación de la Resolución a través del empoderamiento de las mujeres, de normas legales y a través del cambio institucional en el estado nacional y en los territorios.
Recientemente trabajan porque la resolución sea implementada en los territorios (municipios y departamentos) con la premisa de que si la paz va a ser territorial como lo expresa el gobierno, las mujeres pueden cumplir un papel fundamental para contribuir a la reconciliación. Una de las estrategias territoriales ha sido promover que las mujeres participen activamente en la formulación del Plan de Desarrollo Municipal (PDM) influyendo para que éstos contengan componentes de paz y postconflicto, políticas públicas de mujer y género y presupuestos para ejecutar esos componentes.
Sobre estos logros aparecen retos y desafíos: que se adelanten procesos de control y veeduría ciudadana para el cumplimiento del PDM; hacer seguimiento a la ejecución física y financiera a su ejecución; hacer seguimiento al plan acción municipal identificando los avances (metas de resultado y metas de producto) e identificar nivel cumplimiento PDM.
3. El Caso de la asociación AMOR
La Asociación Regional de Mujeres del Oriente AMOR es una organización con jurisdicción en los 23 municipios de la subregión, que trabaja en todas las dimensiones de la vida de las mujeres: la organizativa, la social y política, la cultural, la económica y la ambiental. La mayoría de sus más de 600 asociadas son mujeres rurales.
AMOR trabaja por la autonomía territorial consagrada por la Constitución Política y relaciona la autonomía territorial con la autonomía personal que le permite a las personas tomar conciencia de su relación con un territorio como una totalidad de relaciones y sinergias. La autonomía territorial es esencial para la construcción de la paz a nivel territorial.
El cuerpo como primer territorio. Lo que sucede en el territorio sucede en el cuerpo de las mujeres. La autonomía territorial tiene que ver con la capacidad para tomar decisiones en la familia, económicas (producción, comercialización y calidad de vida de las mujeres) y en la toma decisiones en lo público (consejeras territoriales municipales, sistema nacional de planeación –representación del departamento)
En AMOR se construyeron agendas para trabajar en la formulación de planes de desarrollo municipal, para incluir las potencialidades, necesidades e intereses de las mujeres. Visión del desarrollo con la mirada de las mujeres.
4. Una experiencia de Círculos de Vida para el Ser y el Hacer de la Mujeres
Los círculos de vida son encuentros voluntarios de entre 3 a 7 personas que se tienen confianza y empatía, se reúnen en círculo en torno a una vela; se inician leyendo un cuento corto, poema o canción relacionados con las capacidades básicas (ser capaces de tener una vida de duración normal, de tener salud corporal, de tener integridad corporal para moverse libremente de un lugar a otro, ser capaces de utilizar los sentidos, de imaginar pensar y razonar, de tener vínculos afectivos con cosas y personas ajenas a nosotros, tener razón práctica, ser capaces de vivir con otros y de ser tratados como seres dignos, ser capaces de vivir interesados en otras especies, capacidad de jugar, ser capaces de tener control sobre el entorno de cada uno, según Martha Nussbaum); solo se hablará a partir de sí y se cierran con un acto simbólico.
Estos encuentros de Círculos de Vida son una propuesta horizontal de reflexión, lúdica y creatividad de quienes participan para conocer el contexto que habitan y hacer actos que conlleven al buen vivir. O sea que trascienden un taller de capacitación y los participantes reflexionan sobre su ser individual y colectivo y sobre su qué hacer en su contexto particular. Son Círculos de Vida para entender y transformar la realidad. Son Círculos de reflexión para la acción, para transformar la gobernanza, para transformar el territorio. Son un instrumento de construcción de paz territorial.
Esta experiencia de Círculos de Vida fue aplicada masivamente en el municipio de Fredonia por la Asamblea Constituyente y la asesoría de Luz Mery Hernández.
Finalmente, se organizó una reflexión colectiva sobre las barreras y las alternativas de solución alcanzar a la participación equitativa de las mujeres en los puestos de decisión. Entre las barreras sobresalieron: el miedo de las mujeres a estar en los escenarios públicos, la baja autoestima debida a la falta de reconocimiento social de las realizaciones de las mujeres, la baja educación y formación de competencias específicas, la escasa autonomía económica que genera dependencia; la poca solidaridad entre las mujeres; y claro está la cultura patriarcal que niega la participación equitativa a las mujeres.
Cómo superar las barreras: formación integral para aprender a participar en espacios políticos; buscar la profesionalización de las mujeres para ocupar cargos de decisión; avanzar en la seguridad económica aumentando sus oportunidades; difundiendo ampliamente las realizaciones de las mujeres en todos los campos de la vida y trabajando por exigir la paridad para ellas.