14 de marzo de 2016

No nos arriesguemos, gestionemos el riesgo


¿Qué es la Gestión del Riesgo?

La gestión del riesgo es un proceso sistémico, complejo y permanente que busca generar conocimiento, reducción del riesgo y el manejo de desastres, todo ello desde un proceso social orientado a la formulación, ejecución, seguimiento y evaluación de políticas, estrategias, planes, programas, proyectos, regulaciones, instrumentos, medidas y acciones para contribuir a la seguridad, el bienestar, el desarrollo sostenible y garantizar la dignidad humana.

En Colombia, este proceso se encuentra regulado por la Ley 1523 de 2012, una política imprescindible para conservar la sostenibilidad, la seguridad territorial, mejorar la condición de vida de la población en riesgo y, en asocio con la gestión ambiental territorial sostenible, para ser incluida efectivamente en las políticas, planes y proyectos, asunto y responsabilidad de todos (autoridades y habitantes del territorio).

Experiencias vividas, caso Salgar.

En el Suroeste de Antioquia, tenemos experiencias vividas que nos hablan de la importancia de trabajar unidos por la gestión del riesgo para mitigar desastres como la ocurrida en el municipio de Salgar, en la madrugada del 18 de mayo de 2015, cuando la avenida torrencial ocasionada por la intensidad del invierno causó aproximadamente 15 derrumbes en el cerro San José Plateado, una reserva natural de 447 hectáreas de páramo, ocasionó la declaratoria de calamidad pública y transformó la vida de sus habitantes para siempre. 

Salgar, es un claro ejemplo de diversas condiciones similares en la región, en el municipio prevalece la geografía montañosa, rodeado de valles de ríos y quebradas, lo cual hace que sea propenso al riesgo; las viviendas son muy antiguas y, como era costumbre, están situadas en las orillas de quebradas y ríos; existen grandes amenazas por el monocultivo del café, que generan cambios en la tenencia de la tierra, uso extensivo del recurso suelo; en los procesos de  urbanización se evidencia un claro conflicto en el uso del suelo, muestra de ello se denota con los asentamientos urbanos y rurales en áreas de alto riesgo y amenaza por el componente hidrológico y/o geológico; no existe una correcta planificación del desarrollo urbanístico ordenado, situación ya previamente identificada el plan de gestión del riesgo de Salgar. 

En conversaciones con el ex secretario de desarrollo agropecuario y gestión ambiental de Salgar para el periodo 2012-2015, Wilson Humberto Betancur, nos comparte un poco de su experiencia con la avenida torrencial del 18 de mayo de 2015. Él nos precisa la importancia de destacar que desde la década de los noventa se viene hablando del tema de gestión del riesgo, se implementan los CLOPAD “Comité para la atención de emergencias y desastres”, que posteriormente se convierten en los Consejos territoriales para la gestión del riesgo y desastres; además precisa que en los EOT (Esquema de Ordenamiento Territorial) a mediados del año dos mil, ya se hablaba de los temas de gestión del riesgo pero más precisamente en identificar zonas de riesgo, pero no en acciones de mitigación. 

Hoy el EOT debe ser, justamente, una prioridad para el presente cuatrienio, pues con la avenida torrencial que afectó parque principal en el año 2012, se inició un proceso con el apoyo de CORANTIOQUIA en alianza con la UPB para generar redes sociales de alertas tempranas, situación que hizo que frente a emergencias como la cañada de Cosme y los chorros de Silva, ambas zonas con riesgo de Salgar, se actuara y reaccionara adecuadamente y que ya hoy tengan acciones de mitigación. 

Lo sucedido en mayo de 2015 fue imprevisible, de una magnitud imposible de evitar, hay tecnología hoy para mitigar el daño, pero no para evitarlo; sin embargo, gracias al trabajo que se venía haciendo se actuó con las alertas tempranas salvando muchas vidas. Con estas alertas funcionó un modelo que se había trabajado hipotéticamente y que todos en el momento de la avenida pudieron aplicar de forma inmediata reaccionando de manera tan organizada y ordenada que se tomó como ejemplo en el contexto nacional e internacional.

Precisa Wilson que “actualmente hay estudios realizados por el DAPAR y UNGRD donde se habla de una huella geológica  que demuestra que este valle de Salgar, fue conformado con mucho material de sedimentación, incluso se encontró que  han ocurrido sucesos similares en 1914, 1940 y 1971 según el registro de la memoria histórica de nuestros ancianos”.

Y concluye: “Todo esto es un tema de conciencia humana, porque el cambio climático es un hecho, y es una necesidad de adaptabilidad del ser humano, de evolución de las sociedades que requiere planear el territorio, pero además trabajarlo desde el ser, como un objetivo de transformación cultural, porque no se trata de ubicar una población en otro sitio, pues no es sólo de Salgar, es un riesgo mundial, de nuestro planeta; se requieren obras de mitigación, pero además la naturaleza nos está demostrando que es muy dinámica, nuestra madre tierra es un ser vivo que se está transformado y creemos que gobernamos, pero la naturaleza no necesita de nosotros, nosotros necesitamos de ella”.


Ana Milena González Betancur

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